Tengo delante los veinticuatro números que ha publicado Barataria, incluyendo su número “cero”, que fue una probatina testimonial, pero que nos animó a seguir con la atrevida empresa editorial de sacar un “boletín”, que así lo llamamos entonces, portavoz de las actividades e inquietudes de quienes fundamos la Asociación Aragonesa de Amigos del Libro.
Ese número, el “cero”, está fechado en diciembre de 1991, sólo unos pocos meses más tarde de la fundación de la Asociación. Se van a cumplir 17 años. 25 números, con este que tienes en las manos. Toda una proeza de tenacidad y entusiasmos, que resiste cualquier comparación de más pretendidos altos vuelos. Nadie la ha financiado; no hubo nunca publicidad; jamás nadie orientó políticamente, ni censuró, firmas y contenidos; todo en Barataria fue esforzado, espontáneo, libre, abierto; colaboraron toda clase de firmas, desde las consagradas hasta las más noveles, contagiadas todas solamente por el amor a la literatura, a la escritura, a los poemas, a las letras en su más amplia dimensión.Sus tiradas oscilaron entre los 300 y los 500 ejemplares, en función de los dineros disponibles en la Asociación, que dio siempre prioridad a la aparición de la revista.
Siempre se conservó el formato, con diferentes diseños; hubo siempre un responsable de dirigirla y un consejo editorial de amigos cuya función era impulsarla; fue impresa en talleres diferentes, y como toda esta clase de proyectos, atravesó varias etapas. Sin desmerecer ninguna, la revista adquirió nuevo empaque y nuevo rumbo cuando se hizo cargo, en esta última etapa, nuestro buen amigo y llorado socio José Antonio Román, que desde el número 15 (enero de 2003) la dirigió con acierto y mano diestra. Ahora la pilota, con no menos diestra mano, José Ángel Monteagudo, dispuesto a llegar al número 50, y que ha sabido recoger el alma de la publicación.
Alguna vez he dicho que Barataria merecerá en los tiempos venideros una tesis doctoral si es que a alguien le interesa reescribir el movimiento cultural que significó la Asociación Aragonesa de Amigos del Libro, sus actividades y publicaciones, por más que en estas dos últimas décadas haya recibido más silencios que reconocimientos por parte de eso que inicuamente llaman “autoridades culturales”.
Alguna vez he dicho que Barataria merecerá en los tiempos venideros una tesis doctoral si es que a alguien le interesa reescribir el movimiento cultural que significó la Asociación Aragonesa de Amigos del Libro, sus actividades y publicaciones, por más que en estas dos últimas décadas haya recibido más silencios que reconocimientos por parte de eso que inicuamente llaman “autoridades culturales”.
Enhorabuena y gracias a todos cuantos, que son muchos, han creído y colaborado en esta singular y esforzada aventura de los Amigos del Libro.
1 comentario:
Enhorabuena a todos los que desempeñáis esa labor tan gratificante. Seguro que José Antonio estaría feliz de ver que proyectos tan libres sigan adelante. Y en manos de José Ángel no decaerán, seguro.
Un saludo afectuoso desde Benicàssim.
Publicar un comentario