martes, 10 de noviembre de 2009

Entrevista de Antón Castro a Rosendo Tello

Rosendo Tello Aína (Letux, Zaragoza, 1931). Doctor en Filología Hispánica, crítico literario y, fundamentalmente, poeta, galardonado en 2005 con el Premio de las Letras Aragonesas por toda su trayectoria lírica.
Cursó estudios de Filología Hispánica, doctorándose con una tesis sobre la poesía de Juan Gil Albert. Fue toda su vida, hasta obtener la jubilación, catedrático de Instituto de Enseñanza Secundaria. En su juventud formó parte del grupo poético de la Tertulia del Niké, al que pertenecía Miguel Labordeta.

En su obra poética se pueden distinguir tres periodos:
El inicial, de 1959 a 1969, abarca sus tres primeros poemarios: Ese muro secreto, ese silencio (1959), Elegía de la piedra (1968) y Fábula del tiempo (1969). En esta época se aúna una percepción barroca o surrealista a una voluntad de ordenación y armonía en el mundo, que hunde sus raíces en un carácter clasicista y otra querencia de trascendencia metafísica que se concentra en la tierra.
Al periodo de madurez (1970-1990) corresponden los libros de poesía recogidos en Del vigilante y su fábula y su estructura remite a los estadios de Kierkegaard: estético, ético y religioso. En este libro colectáneo se publicaron sus poemarios Paréntesis de la llama (1975), Libro de las fundaciones (1973), Baladas a dos cuerdas (1979), Meditaciones de medianoche (1982) y Las estancias del Sol (1990). Su época inicial individualista y trascendente se transforma ahora en una voz épica y colectiva que aspira a la comunicación y comprensión del mundo. Aparece también la reflexión metapoética y metalingüística. Sus constantes de tierra, mujer y poesía tienden en este periodo a fundirse.Si hay un rasgo identificador de toda esta poesía ese sería el de la tierra, concebida simbólicamente como centro ideal donde se fusiona todo el cosmos, reuniéndose historia, tiempo, individuos y humanidad, sobre un paisaje de raíz geológica, pero dinámico en su historia y arte. Finalmente, todo ese mensaje se proyecta en la comunicación con la sociedad, como crítica y aun a veces como sátira. Todo ello conforma la fábula de ese ser humano (el vigilante) que, sin embargo, nunca contemplará la tierra ideal buscada.
Con Más allá de la fábula (1998) Rosendo Tello comienza un tercer periodo más universal si cabe, y extenso en espacio y tiempo, que se desarrolla en Augurios y leyendas de un tiempo que se va (2000).

*Podéis disfrutar de esta entrevista que le hizo Antón Castro en su programa Borradores, pinchando sobre la imagen:


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