miércoles, 25 de marzo de 2015

CONFERENCIA DE FERNANDO AINSA. MARTES 31 DE MARZO, AAAL. BIBLIOTECA DE ARAGÓN



 La Asociación Aragonesa de Amigos del Libro
 se complace en  invitarle a la conferencia del escritor y ensayista

                                FERNANDO AINSA






Martes 31 de marzo a las 19.30
Biblioteca de Aragón. Dr. Cerrada 22



                   

miércoles, 4 de marzo de 2015

Actividad, día 10 de Marzo, 2015.



Grupo Juglarías
Sesión nº 75
JUGLARÍAS CUMPLE VEINTE AÑOS
TEATRO ESPAÑOL DEL SIGLO XX







Martes, 10 de marzo de 2015

19:30 horas
Salón de Actos
BIBLIOTECA DE Aragón
CALLE DOCTOR CERRADA, 22 – ZARAGOZA



ASOCIACIÓN ARAGONESA DE AMIGOS DEL LIBRO

Grupo JUGLARÍAS


Sesión nº 75

JUGLARÍAS CUMPLE VEINTE AÑOS
TEATRO ESPAÑOL DEL SIGLO XX

Escenas de:
I – Los grandes autores de las primeras décadas
Jacinto Benavente: “Los intereses creados”
Carlos Arniches: “La señorita de Trevélez”
Ramón del Valle-Inclán: “Ligazón”

II – Los grandes autores víctimas de la Guerra Civil
Pedro Muñoz Seca: “La venganza de don Mendo”
Federico García Lorca: “Bodas de sangre”
Alejandro Casona: “La dama del alba”

III – Los grandes autores de la segunda mitad del siglo
Miguel Mihura: “Tres sombreros de copa”
Antonio Buero Vallejo: “En la ardiente oscuridad”
Antonio Gala: “Anillos para una dama”                                
                             
                                        Intervienen (por orden de aparición):
                                       
                                                  Ana María Martínez
                                                       Luís Trébol                                                       
                                                     Susana Torres
                                                      Tomás Martín
                                                     Joaquín Muñoz    
                                                      Loretta García
                                              José Mª Hdez. de la Torre
                                                     Fernando Gracia
                                                                                                                                  
       Selección y coordinación:   José María Hernández de la Torre

      Juglarías alcanza el número setenta y cinco de sus sesiones al mismo tiempo que cumple veinte años de existencia, y quiere celebrar la coincidencia rememorando aquel primer programa con el que se presentó en este salón, el 21 de marzo de 1995, por iniciativa e impulso del inolvidable Joaquín Mateo Blanco. Consiste en la lectura dramatizada de nueve escenas de obras de otros tantos autores, en una muestra –discutible, desde luego- que se pretende representativa de la literatura teatral española del siglo XX. Se trata de dramaturgos de primera fila, de estilos variados y preocupaciones estéticas diferentes, pero en todo caso de reconocido talento: nombres seguros para cualquier selección. Las escenas elegidas pertenecen a piezas de calidad y éxito indiscutidos, y que, dentro de ellas, forman pequeñas unidades casi autónomas, que pueden comprenderse en sí mismas y que en cierto modo sintetizan el contenido esencial de cada obra, aunque, naturalmente, adquieran su cabal sentido en su ilación dentro de aquélla.
    Se agrupan en tres etapas cronológicas. La primera engloba autores que ya eran conocidos al comenzar el siglo, si bien lo más importante de su creación es de aparición posterior. Jacinto Benavente (Premio Nobel 1922), Carlos Arniches y Ramón del Valle-Inclán tenían la misma edad (los tres nacieron en 1866), aunque lenguajes literarios muy distintos: Los intereses creados (1909) es una “comedia de polichinelas” y La señorita de Trevélez (1916) una “tragedia grotesca”, pero ambas con intención de crítica social; en cuanto a Ligazón (1926), el autor gallego la denomina “auto para siluetas”, que incluye en el Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte y participa del ambiente de su trilogía de las “comedias bárbaras”.
     Los tres autores presentados de la segunda etapa son, de un modo u otro, víctimas de la Guerra Civil. Pedro Muñoz Seca (1879) y Federico García Lorca (1898) fueron asesinados (fusilados sin juicio),  uno por cada bando, en los primeros meses de la contienda (1936); comparten también el hecho de que las obras a las que pertenecen los fragmentos seleccionados están escritas en verso, si bien de contenidos y recursos escénicos diametralmente opuestos: La venganza de don Mendo (1918) es una “astracanada” que parodia de forma divertidísima los excesos argumentales y verbales del drama romántico, mientras que Bodas de sangre (1933) relata en clave poética una “tragedia rural” basada en la realidad de un crimen pasional conocido por la prensa. Poético es también, pero en prosa, todo el teatro de Alejandro Casona (1903), víctima no cruenta, pero que hubo de exiliarse y vivir muchas años en América, donde estrenó la mayor parte de su obra dramática, de la que es ejemplo destacado La dama del alba (1944), donde el sueño y la fantasía se entretejen con la realidad de un drama campesino.
      De la tercera época son tres autores que han triunfado en la segunda mitad del siglo. Miguel Mihura (1905) fue un excepcional humorista que en Tres sombreros de copa (escrita en 1932 pero no estrenada hasta veinte años después) anticipa algunas claves del “teatro del absurdo” europeo posterior. Buero Vallejo (1916) es, quizá, el más importante dramaturgo español contemporáneo, que utiliza simbólicamente las limitaciones físicas o psíquicas para dramatizar la actitud del ser humano frente a los condicionantes sociales y políticos de su entorno, enlazada con un sentimiento trágico de la esperanza –de raíz unamuniana-, línea que queda manifiesta desde sus primeras obras, como En la ardiente oscuridad (1950). Y Antonio Gala (1930) es uno de los autores de las generaciones posteriores con más aprecio de crítica y público, de lo que es buena muestra Anillos para una dama (1973), donde, con lenguaje a la vez irónico, brillante y coloquial, se sirve de una visión desprejuiciada de la Historia para indagar en problemas que, por ser de siempre, son también plenamente actuales.
      Puede decirse que no están todos los que son, pero son todos lo que están, y ellos pueden sintetizar dignamente la historia teatral española del siglo XX.