El pasado Viernes 8 de Mayo, los Amigos del Libro hicimos un homenaje justo y merecido a la veterana escritora y periodista Mª Rosario de Parada en la Biblioteca de Aragón, al que acudimos sus admiradores: amigos, discípulos, y familiares; mientras un gran número de personajes ausentes –de gran importancia en la vida social y pública de nuestra ciudad- se disculparon por no poder acudir.
Conocí a esta gran dama en El Ateneo de Zaragoza, en los años mil novecientos ochenta y pico, cuando ella era Secretaria del mismo; y al que comencé a asistir, para involucrarme en la vida cultural zaragozana.
La primera vez que fui allí; me llamó la atención esta señora de cabellos rubios, y grandes ojos azules, que anotaba y escribía lo que sucedía en los actos culturales, y me miraba dulce, simpática y sonrientemente; mientras yo también apuntaba lo que ocurría. Ella se fijaba en mi carpeta, en la que figuraba mi apellido –que yo no sabía que ella conocía-.
Me cayó muy bien y… ¡volví!.
Le conté a mi tía que había estado en ese sitio, y me dijo que esa persona era una buena amiga suya y que siguiera yendo.
Esta mujer (que nació en mil novecientos veintiuno –calculen ustedes su edad-) era bella, con clase, y estilosa -por eso me enamoré platónicamente de ella- y cuando la traté, me pareció una persona culta, sencilla, y sincera; que además escribía con mucho oficio y talento en el diario: El Noticiero; y publicaba libros como: “El Ferrocarril Canfranc”; y novelas como: “Entre dos Fuegos” (una gran novela realista sobre la historia de un pueblo aragonés de la primera mitad del siglo veinte –que me resultó “muy cinematográfica, y con la que me identifiqué al instante"-; “El Manifiesto” (novela maestra en clave de humor); y “Memorias de una Reina”. Además de biografías por ejemplo la de Laín Entralgo, y libros documentales sobre el pueblo gitano, y otros.
En nuestra sociedad entonces, parece que quien mandaba más, más importancia se daba.
Pero Mª Rosario es muy agradecida, y eligió uno de los oficios más desagradecidos que existen: el de la Escritura. Profesión que ha llevado a cotas muy altas, impensables antes para una mujer, y que ha ennoblecido; pues se ha adelantado a las mujeres de su tiempo, predicando con el ejemplo, y además predicando y dando trigo (con una labor ardua, constante, y silenciosa).
Porque cuando una persona destaca, no se da importancia. (La importancia -me enseñaron- nos la dan los demás).
Y conforme alguien es más sabio.., más auténtico, humano, y humilde: es.
La primera vez que fui allí; me llamó la atención esta señora de cabellos rubios, y grandes ojos azules, que anotaba y escribía lo que sucedía en los actos culturales, y me miraba dulce, simpática y sonrientemente; mientras yo también apuntaba lo que ocurría. Ella se fijaba en mi carpeta, en la que figuraba mi apellido –que yo no sabía que ella conocía-.
Me cayó muy bien y… ¡volví!.
Le conté a mi tía que había estado en ese sitio, y me dijo que esa persona era una buena amiga suya y que siguiera yendo.
Esta mujer (que nació en mil novecientos veintiuno –calculen ustedes su edad-) era bella, con clase, y estilosa -por eso me enamoré platónicamente de ella- y cuando la traté, me pareció una persona culta, sencilla, y sincera; que además escribía con mucho oficio y talento en el diario: El Noticiero; y publicaba libros como: “El Ferrocarril Canfranc”; y novelas como: “Entre dos Fuegos” (una gran novela realista sobre la historia de un pueblo aragonés de la primera mitad del siglo veinte –que me resultó “muy cinematográfica, y con la que me identifiqué al instante"-; “El Manifiesto” (novela maestra en clave de humor); y “Memorias de una Reina”. Además de biografías por ejemplo la de Laín Entralgo, y libros documentales sobre el pueblo gitano, y otros.
En nuestra sociedad entonces, parece que quien mandaba más, más importancia se daba.
Pero Mª Rosario es muy agradecida, y eligió uno de los oficios más desagradecidos que existen: el de la Escritura. Profesión que ha llevado a cotas muy altas, impensables antes para una mujer, y que ha ennoblecido; pues se ha adelantado a las mujeres de su tiempo, predicando con el ejemplo, y además predicando y dando trigo (con una labor ardua, constante, y silenciosa).
Porque cuando una persona destaca, no se da importancia. (La importancia -me enseñaron- nos la dan los demás).
Y conforme alguien es más sabio.., más auténtico, humano, y humilde: es.
Esta mujer es una auténtica escritora y persona veraz; quien por su magnánima personalidad ha superado y vencido todos los obstáculos de su vida, aun en las situaciones difíciles.
Posee una gran calidad humana; y reivindico la Alegría, una calle para Mª Rosario de Parada en nuestra ciudad (pues es de las personas más ilustres e insignes de ésta) con su nombre.., que nos hable de ella; y reivindico: la Piedad; y la Poesía.
Posee una gran calidad humana; y reivindico la Alegría, una calle para Mª Rosario de Parada en nuestra ciudad (pues es de las personas más ilustres e insignes de ésta) con su nombre.., que nos hable de ella; y reivindico: la Piedad; y la Poesía.
Esta figura humana (que yo conocí hace casi treinta años) de rostro angelical, es hoy una mujer de mirada limpia, y tierna (aunque sus ojos casi no vean por el paso de los años) y semeja un cisne (cual Grace Kelly en el cine) por sus cabellos plateados, nadando por el lago azul de sus ojos.
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