No lo puedo decir. En silencio lo sepulté en mi corazón a través de una herida que cerré con siete llaves. Y en silencio, hace ya mucho. Mucho tiempo.
No lo puedo decir. Y a veces su peso es tan fuerte que me hace daño. Cierro los ojos, aprieto los puños y aprieto los dientes ... pero no lo digo.
No lo puedo decir. Aunque a veces sueño que lo comparto con alguien y me libero de esa pesada losa que me orpime el alma. Pero cuando despierto sé que no podría vivir sin ese peso al que ya me he acostumbrado hace tanto, tanto tiempo ...
Lo llevo dentro de mí, lo acuno como si fuera un niño. Y lo mimo y lo cuido porque temo perderlo. O que se rompa. Cuando me di cuenta sentí algo así como si me deslumbrara una luz fuerte y la sensación de que se paraba el tiempo. Fue entonces cuando lo enterré en mi corazón para siempre. Y recuerdo que el silencio era absoluto, auqnue hace ya mucho, mucho tiempo ...
- ¿Y por qué no lo dices ya y te liberas?
- No lo puedo decir.
- ¿Es algo malo?
- ¡¡Noooo!!
- Pues entonces, ¿por qué no lo dices?
- Porque es un secreto.
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